La abundancia es una manifestación espontánea de la naturaleza. En el mundo natural todo es abundante, más que suficiente para todos los seres vivos. El aire, el agua, los cielos, la tierra, el inmenso océano. Todo en el ecosistema terrestre y en el universo en general es una provisión suficiente para todos. Nosotros, los seres humanos, pensamos en la escasez por las emociones y sentimientos que se nos han transmitido, limitamos y condicionamos el afecto a los niños, tal y como nos enseñaron. Vimos a papá y a mamá, a nuestra familia sobrevivir a costa de esfuerzo porque no había suficiente para todo y para todos. Esa noción de escasez impregna mucho de nuestro pensamiento y conducta.Es necesario que aprendamos a superar esos pensamientos, conductas y patrones heredados del entorno familiar y el ambiente donde nos criamos. Comenzar a ver el mundo y al universo en su natural abundancia, más que suficiente. Tenemos una provisión infinita de amor que es la energía suprema y la evidencia de Dios en nuestras vidas, esa manifestación atrae todo lo que necesitamos, en tal cantidad que podemos compartirla abierta y generosamente con todos los que nos rodean. La afirmación de esta semana es justamente para convensernos de ello.
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